Breve historia del secador de pelo
La historia de los secadores de cabello
La mayoría de las mujeres no pueden vivir sin sus secadores de cabello, pero hasta fines del siglo 19, la única forma de secar sus cabellos mojados rápidamente era esperar un día ventoso. No muchas mujeres podían usar tecnología sofisticada para secar su cabello todos los días.
A continuación, una mirada a la historia de los secadores de cabello, desde los tubos difíciles de manejar y grandes cascos hasta los actuales modelos de viaje que pueden llevarse en un bolso.
Primeros modelos
Las mujeres comenzaron a secar su cabello usando la función de escape de sus aspiradoras. Como la mayoría de las primeras aspiradoras podían soplar aire así como también aspirarlo, muchas mujeres con estilo ponían la manguera en el extremo del escape para secar su cabello.
En 1890, el dueño de una peluquería francesa llamado Alexandre Godefoy inventó el primer secador eléctrico. Según Kathy Kirkland, que escribió «El gran boom del secador de cabello», por su gran tamaño y naturaleza pesada no se usó ampliamente en los negocios de belleza. Consistía en un motor grande y ruidoso y tubos que apuntaban a tu cabeza y soplaban aire caliente.
Las primeras versiones de mano
Al principio de 1920, un secador de mano hecho con un motor de aspiradora de menor escala fue creado en Alemania. Un cable de cromo unido a una tabla de mica o asbesto generaba el calor, de acuerdo a Kirkland.
Desafortunadamente, este nuevo diseño estaba cerrado en aluminio o acero enchapado con cromo, que lo hacía pesado y voluminoso. También era ruidoso y no muy popular.
En Estados Unidos, dos compañías introdujeron los secadores de mano en 1920: Racine Universal Motor Co. y Hamilton Beach Co.
Casco secador
En 1951, un nuevo tipo de secador de pelo salió al mercado.
Este nuevo tipo de secador de pelo consistía en un secador de mano más liviano conectado a un tubo que llegaba a un casco que se utilizaba sobre la cabeza. Cuando se encendía el secador, el aire fluía a través del tubo y era expulsado por pequeños agujeros en el casco.
El casco secador de pelo era capaz de producir 300 vatios de calor, más que el primer secador de pelo de mano, pero mucho menos que nuestros secadores de pelo modernos.
Los secadores de casco llegan a los salones
Los secadores a gas llegaron un década más tarde y se usaron ampliamente en salones de belleza.
Sin embargo, como reporta Kirkland, el calor era dañino para el cabello y los vapores del gas enfermaban a algunos clientes, así que estos secadores rápidamente cayeron en desuso.
Pronto, fueron reemplazados por los secadores eléctricos tipo casco y estilo de domo que se encontraban en salones en todo el país.
Con el estilo de rulos de moda en los 1940 y 1950, las mujeres aplicaban ruleros y gastaban horas debajo de estos modelos, que circulaban aire caliente para fijar sus rulos.
Sin embargo, cuando los estilos con rulos comenzaron a perder popularidad, lo mismo pasó con el secador de casco.
Secadores bonete
A fines del 1950 se introdujo una versión portátil del secador estilo casco, que le permitía a las mujeres enrular y secar su cabello en sus hogares.
Este modelo poseía mismo motor eléctrico y manguera, pero en lugar de un domo o un casco sobre tu cabeza, tenía un bonete similar a un gorro de baño adherido a la manguera.
Mientras el aire caliente circulaba dentro del bonete, la mujer era libre de pintarse las uñas o hablar por teléfono mientras su cabello se secaba.
General Electric hizo una popular versión en rosa de este modelo.
Mientras los secadores modernos usan 1200 a 1500 watts, estos modelos sólo usaban de 300 a 400 watts, así que secarse el cabello aún tomaba un tiempo considerable.
Según Kirkland, se introdujo un nuevo secador de mano en 1950. Tenía un exterior de plástico o baquelita, que lo hacía más liviano y fácil de manejar.
Tecnología moderna
Desde 1950, los secadores de mano se han sometido más que nada a cambios exteriores para hacerlos más silenciosos, livianos y pequeños, pero el funcionamiento interior se ha mantenido similar.
Las nuevas tecnologías han hecho mejoras a los secadores, disminuyendo el daño al cabello por el calor.
Por ejemplo, la tecnología de iones negativos permite un secado más rápido y con menos calor, dejando el cabello más brilloso y suave, y también más saludable.
Los secadores de cerámica proveen los mismo beneficios que los iónicos, pero son más efectivos para el cabello teñido o con frizz.
Finalmente, los secadores infrarrojo son capaces de secar el cabello desde adentro hacia afuera.