RAMIRO FERNÁNDEZ ALONSO: “VIVO DE, POR Y PARA LA PELUQUERÍA”

El sentido común y una enorme generosidad, así como una educación exquisita y su amor por la peluquería son algunas de las características más destacadas de Ramiro. Es, sin duda, un hombre equilibrado, en perfecta forma física y mental. Siempre ha jugado la carta de la máxima calidad porque es un detallista que siempre considera que todo se puede mejorar. Es de los profesionales que ha aportado mayor valor cultural a la profesión de la peluquería. Él ha sido, sin tener la carrera, uno de los mejores psicólogos que he conocido y así se lo han reconocido en innumerables ocasiones los que le conocen bien. Un hombre que sabe escuchar y que siempre tiene la palabra oportuna para elevar el ánimo de su interlocutor.

Ramiro Fernández Alonso nació en 1945, en tiempos más que difíciles en nuestro país. Es el menor de siete hermanos de una familia humilde, minera, pero llena de valores. Con 16 años se incorporó, gracias a su hermano José, al mundo de la barbería. Entre otros trapicheos, compaginó su trabajo como barbero con el de limpiabotas o camarero. Al hacer el servicio militar en Oviedo adquirió un perspectiva de visión de mayor amplitud, que le animó a orientar su vida a través de la profesión, aportando su talento innato y una inquietud de evolución constante. Así que en el año 1966 montó su primer salón en Oviedo, marcando claras diferencias respecto al resto de negocios. Desde entonces su progreso ha sido constante.

Josep Pons: ¿Tu sueño de la infancia?
Ramiro Fernández: Era tener una bicicleta, pero no se podía por las circunstancias de entonces.
JP: ¿Qué recuerdas de aquella España?
RF: Vivimos momentos muy duros, en un país que parecía en blanco y negro, pero teníamos la inquietud de descubrir y construir un mundo mejor, en color. La necesidad siempre es un buen motor para el progreso.
JP: ¿Quién te aportó más en aquellos tiempos?
RF: Mucha gente. Se vivía más en familia y se convivía más con la gente de tu entorno. Había más preocupación y más implicación con el prójimo. Y todos aprendimos que para lograr algo sólo hay un camino: el esfuerzo y el trabajo personal.

JP: ¿Cuáles fueron tus referentes?
RF: Mi hermano José, Luis A. Rancaño y Pascual Iranzo, que me guiaron y enseñaron los valores de nuestra noble y hermosa profesión.
JP: ¿Y los actuales?
RF: Luis Romero, Luis y Tachi, un ramillete de jóvenes muy preparados y mi admirado Josep Pons, el profesional más intelectual de la peluquería española.

JP: ¿Qué tipo de vida llevas? ¿Hábitos?
RF: Vivo de, por y para la peluquería. Trato de estar al día en técnicas, modas y tendencias, estar siempre actualizado y actualizándome.
JP: ¿El libro que más te ha influido?
RF: Miedo a la libertad de Eric Fromm y El vendedor más grande del mundo de Og Mandino .
JP: ¿Una película?
RF: Un viaje por las nubes.
JP: ¿Un actor y una actriz?
RF: Españoles, Alfredo Landa, por la amplitud de sus registros, y Ana Belén, porque ella sola llena la pantalla.
JP: ¿Otros hobbies?
RF: Leer, escribir y transmitir constantemente mis conocimientos a mi excelente equipo de colaboradores.
JP: ¿Un personaje histórico?
RF: Alfonso II. Fue el primer alcalde de mi ciudad adoptiva, Oviedo, un gran guerrero contra el emir de Córdoba, el primer peregrino del Camino de Santiago y, con esa ruta, empezó a construir un país que en aquellos tiempos ya miraba a Europa con sus vínculos diplomáticos con Carlo Magno.

JP: ¿Cómo analizas la juventud actual comparada con la nuestra?
RF: Hoy mucha juventud quiere llegar pronto, tener éxito pronto y ganar dinero pronto; pero, por suerte, reflexionan y saben que la constancia, el estudio, el conocimiento y la formación son claves para hacer frente a esta sociedad cambiante, competitiva y actualizada que nos toca vivir.

JP: Como gran psicoesteta, ¿cuál es tu visión de la profesión?

RF: La contemplo con optimismo, aunque me gustaría que el estudio, la formación, innovación y creatividad fuesen siempre imprescindibles.

JP: ¿Cómo interpretas el enorme cambio de estilo de las melenas a los rapados actuales?
RF: Vivimos en una sociedad cambiante y nada debe sorprendernos. Estamos inmersos en la era de la imagocracia, donde el poder de la imagen se apodera de casi todo. El hombre cada vez se cuida más porque sabe que cuando deja de actualizar su propia imagen, empieza a vivir marginado. Actualizarse es rejuvenecerse.

JP: ¿Por qué se han puesto de moda las barbas largas?

RF: Creo que empezó un poco con la moda hipster y se ha ido consolidando como una expresión estética de los nuevos tiempos que la sociedad lleva buscando casi desde los comienzos del siglo XXI.

JP: ¿Por qué han surgido las barberías?
RF: Porque son ciclos, como las modas, y algunas de las importantes firmas comerciales –con gran visión– las fomentan y respaldan.
JP: ¿Tu visión del país?
RF: Vivimos tiempos de zozobra y todavía cuesta mirar al horizonte. Pero tengo confianza en que este país sepa superar esta gran marejada para recuperar la senda del progreso, siendo conscientes de que el futuro no se gana combatiendo con el pasado, construyendo castillos en el aire y fomentando la crispación social, sino trabajando con sensatez, responsabilidad y serenidad. No hay mejor sustento para el cambio.

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