CÓMO PREVENIR Y TRATAR LAS VARICES

La mala circulación se agudiza con la llegada del calor. El aumento de temperatura favorece la dilatación de las venas y pone de manifiesto el deterioro del sistema venoso que asegura la circulación de la sangre. Tratamientos de efecto frío, presoterapia y masajes para activar la circulación, controlarán síntomas como pesadez de piernas, calambres, arañas vasculares e inflamación. En casos de varices muy avanzadas habrá que recurrir a soluciones como radiofrecuencia, láser, esclerosis y hasta un nuevo sistema adhesivo. Las grandes cirugías se quedan para casos poco habituales.

Por Olga Guerrero

Existen muchos factores desencadenantes que favorecen o agravan el desarrollo de las varices. La carga genética es muy importante pero también el ortostatismo (muchas horas de pie parado), mucho tiempo sentado, la obesidad, la vida sedentaria, los embarazos, etc. También el uso de anticonceptivos, porque en las paredes de las venas existen receptores de estrógenos (hormonas que son el componente fundamental) que de forma fisiológica influyen en la respuesta de la pared de los vasos favoreciendo la dilatación, además potencian la coagulación de la sangre, dificultando su circulación.

La ropa muy ajustada comprime los vasos e impide el flujo normal de la sangre. Afecta principalmente a los vasos más superficiales pero también puede llegar a venas más importantes y provocar una insuficiencia valvular en dichos vasos. Como contraprestación, siempre podemos recomendar el uso de medias de compresión; hacen una presión decreciente a lo largo de la pierna, desde el tobillo, favoreciendo el trabajo del retorno venoso; ralentizan o evitan el desarrollo de algunas varices.

El sobrepeso y la obesidad aumenta la presión intrabdominal y, en algunos casos, comprime importantes venas que llevan la sangre de vuelta hacia el corazón. A mayor presión intrabdominal, las venas tienen mayor dificultad para realizar su trabajo. Además, la obesidad favorece el estreñimiento y la distensión abdominal, lo que dificulta el retorno venoso. Ante un caso de varices en una persona obesa, lo primero es recomendar una bajada de peso, al margen de mejorar los síntomas con masajes en las piernas con productos descongestivos de efecto frío, que provocan una sensación de ligereza y bienestar duraderos. Mejora la microcirculación, reduce las arañas vasculares y minimiza la hinchazón.

El uso habitual de tacón alto provoca un mal funcionamiento de la almohadilla plantar y hace menos eficaz el bombeo muscular de la sangre. Por tanto, se favorece la retención de la misma a nivel de las piernas, lo que aumenta la presión venosa y con ello el riesgo de desarrollar varices. Por otro lado, el calzado demasiado ajustado, botas altas o zapatos, comprimen los miembros inferiores y dificultan la circulación. También aquí puedes hacer algo para aliviar contribuir a mejorar la circulación con masajes, reflexología podal, digitopuntura.

Caliente y frío

La pared de las venas tiene una capa muscular y al someter a la pierna a contrastes de calor y frío ejercitamos el músculo de la vena para que tenga una pared más fuerte y sea más efectiva en la realización del retorno venoso. Para evitar o minimizar el desarrollo de las varices podemos realizar un masaje ascendente desde la planta de los pies con un gel efecto frío o con vendas empapadas en algún producto vasoconstritor.

El castaño de indias mejora la calidad de la pared venosa. Su aceite activa la circulación sanguínea, revierte los trastornos venosos, reduce la inflamación de los tejidos y elimina la retención de líquidos en las extremidades. Es ideal para el tratamiento de varices, flebitis y arañas vasculares, aliviando las piernas cansadas. El rusco contiene saponinas con efecto vasoconstrictor que contrarrestan la dilatación venosa que produce el calor; la vid roja, planta rica en taninos y vitaminas A, B1, B5, B6 y C, actúa contra la insuficiencia de los capilares. La corteza de este árbol contiene cumarinas con actividad vitamínica P, que refuerzan la pared de los capilares y evitan el edema; el hamamelis frena la inflamación. Otros ingredientes con acción antinflamatoria, refrescante y fortalecedor de las paredes venosas son árnica, centella asiática y el mentol. Lo mejor es un gel con una mezcla de extractos para tonificar las venas, que mejoran su actividad desde el exterior, ayudado con el masaje.

Presoterapia

La mala circulación, que afecta al 70% de las mujeres, se agrava con la llegada del buen tiempo, al dilatarse los vasos sanguíneos y disminuir la elasticidad de sus paredes, generando sensación de pesadez además de un aspecto nada favorecedor de los tobillos a los muslos. Las lesiones vasculares son un problema muy frecuente: el 50% de las mujeres padecerá a lo largo de su vida algún problema vascular, especialmente arañas o varices. La presoterapia es una técnica que consiste en la aplicación de presión positiva, generada por un dispositivo, con el objetivo de favorecer la circulación del flujo sanguíneo y linfático. Las cámaras, al inflarse y desinflarse de forma continua, ejercen un efecto de bombeo sobre los vasos linfáticos y el sistema circulatorio. Los beneficios de mejorar la circulación de la linfa residen en el hecho de que es la encargada de transportar los desechos y toxinas generadas en el proceso de nutrición de las células hasta el torrente sanguíneo, que posteriormente las lleva al sistema excretor para su eliminación. Alivia el cansancio y la pesadez en las piernas. Además, también ayuda a reducir la inflamación derivada de la acumulación de líquidos.

Drenaje linfático manual

De la misma manera que hacemos mecánicamente la presoterapia, podemos realizar masajes de drenaje linfático con los mismos beneficios, la diferencia básica es que lo que la primera hace en unos 30 minutos, manualmente deberemos dedicar 45-60 minutos para unos resultados similares. El masaje de drenaje linfático ayuda a aliviar las áreas inflamadas.

Una vez que aparecen: ¿cómo eliminarlas?

Generalmente denominamos arañas vasculares o telangectasias a las microvarices o varices de pequeño calibre, cuando son más gruesas se conocen como varices o varices tronculares, como la vena safena interna. Constituyen la patología vascular más frecuente y se localizan en general a partir de los 40 años en las extremidades inferiores porque esta es la parte del cuerpo con mayor dificultad para el retorno venoso.

Cuando no se tratan a tiempo, pueden evolucionar en flebitis y dilatación de otras venas, pudiendo ser origen de trombosis venosas profundas. Ángela de Miguel, doctora en angiología y cirujana vascular de la Clínica Menorca, asegura que hay que “cerrar los accesos a esas venas que están afectadas. La forma de eliminar las varices varía en función de su calibre. En general para las varices estéticas, pequeñitas o superficiales, podemos decir que existen dos herramientas, la escleroterapia y el láser vascular”.

Tipos de varices

Microvarices: cuando son de menos de 1 mm se las denomina telangiectasias, venas intradérmicas. Si su tamaño es entre 1 y 3 mm se llaman reticulares, venas subdérmicas.

Colaterales: dilataciones dependientes del sistema superficial con reflujo venoso. Se localizan en el tejido celular subcutáneo y su calibre suele ser superior a 3 mm.

Escleroterapia

Se puede hacer en forma de espuma o en forma líquida, cuando la vena es muy pequeña. Consiste en la introducción de una sustancia química en la vena que hace que la pared de la misma se dañe, que la vena se tapone por dentro y, poco a poco, se vaya degradando y destruyendo. “Es el tratamiento más indicado para eliminar las arañas vasculares. No exige reposo posterior ni deja cicatrices. Es casi indolora y sólo requiere anestesia local”, explica el doctor Juárez, jefe de servicio del departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital La Zarzuela de Madrid.

Crioesclerosis

Consiste en ocluir las venas varicosas con ayuda del frío. Combina la acción química de ciertas sustancias esclerosantes líquidas y la acción física del frío (-45ºC). Desde Felicidad Carrera nos comentan que es “rápida, segura y con excelentes resultados cosméticos, evidentes desde la primera sesión tanto en la eliminación de las varículas como en la ausencia de ‘pesadez’ y otras molestias asociadas a la existencia de las varices“.

Láser vascular

Produce un daño en la vena, en este caso por una fuente de calor. Es un láser específico de manera que son esos vasos los que lo captan, destruyéndose la pared del vaso, que se acaba reabsorbiendo también.

V-Laze

Es un láser de diodo que consigue eliminar las arañas vasculares o telangiectasias sin riesgo de quemadura ni dolor. Envía pulsos de luz a la vena, que se desvanece y desaparece lentamente. Cuenta con un cabezal muy pequeño especialmente diseñado para disparar sobre la vena o la red de venas, lo que hace que los tratamientos sean muy precisos y seguros. La sesión es rápida sin apenas molestias, pues el aplicador incorpora un sistema de enfriamiento que evita el dolor.

Láser Nd-Yag de pulso largo

Elimina las varículas de las piernas tras algunas sesiones de tratamiento. Consiste en transmitir unas oscilaciones electromagnéticas a través de un finísimo filamento, más delgado que un cabello humano; un micropunto relámpago que provoca un aplastamiento de la hemoglobina y elimina en segundos el enrojecimiento del vaso.

Láser V-Beam

Un tratamiento indoloro que no necesita anestesia. Actúa “quemando” selectivamente los vasitos que forman dichas lesiones, sin dañar los tejidos adyacentes. El propio cuerpo se encarga de ir “barriendo” los restos de estas quemaduras y blanqueando la zona tratada.

Terapia Fotodinámica con espumas fotosensibilizantes

Indicado para varices con menos de 1,5 mm. Aplicado sobre la piel mediante pases sucesivos, coagula estos microcapilares a los que previamente se les ha inyectado una espuma fotosensibilizante de polidocanol. Desarrollada por el Dr. Javier Moreno Moraga y patente internacional de IML junto con la Universidad Complutense de Madrid, esta estrategia actúa con mayor eficacia, pero con menor intensidad, en un solo impacto.

Varices de gran calibre

Las varices son la presentación clínica más frecuente de la Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) que afecta a las extremidades inferiores. Hay técnicas mínimamente invasivas que normalmente se pueden hacer con anestesia local, a veces asociada a sedación o, como en el caso de la escleroterapia, sin ni siquiera utilizar anestesia ni un ambiente quirúrgico.

Sistema de Esclerosis Modificada TRV (Tratamiento Radical de Varices)

Consiste en inyectar una microespuma especial, después de una exploración con ecodoppler, que necrosa la variz. Es un tratamiento indoloro que no necesita anestesia, ni hospitalización, ni reposo y se puede eliminar cualquier tipo de variz, dejándola inutilizada y encargándose el organismo de metabolizarla y absorberla. En una única sesión el paciente abandona la clínica por su propio pie, tan solo llevando una media de compresión durante una o dos semanas.

Flebectomia

Es un procedimiento mínimamente invasivo que generalmente se lleva a cabo en consultorio médico, con anestesia local. Es un método seguro y eficaz para el tratamiento de las várices de mediano y gran calibre. Se practican pequeñas incisiones de no más de 2 milímetros. Mediante un instrumento similar a un ganchito se extrae todo el trayecto varicoso. El tamaño de las incisiones hace innecesarias las suturas pues éstas se cierran por sí mismas y las convierte en prácticamente imperceptibles varios meses después de la intervención.

Láser endovascular

Consiste en la introducción de una fibra de láser por dentro de la venita, una fuente de calor absorbida exclusivamente por el agua de las paredes venosas, que va dañando la vena por dentro. Tecnología mínimamente invasiva que permite solucionar las varices severas con insuficiencia venosa marcada. Sesión única, sin hematomas ni inflamación. El láser endovascular ha demostrado extraordinarios resultados en la eliminación de la vena safena, causa principal de várices en las piernas.

Radiofrecuencia

Igualmente se introduce un catéter causando daño a la vena por calor, pero mediante distinta fuente.

Técnica mixta

Además de un daño térmico, se hace también un daño químico porque liberan a la vez una sustancia química que hace un daño a la vena. La novedad en el tratamiento de esta patología, tal como comenta la Dra. María José Barba Martínez, es la combinación de inyecciones esclerosantes junto con radiofrecuencia. “Gracias a la misma, es posible reducir el tiempo de actuación hasta en un 40%”. La misma aguja con la que se realiza dicha inyección esclerosante funciona como un electrodo, permitiendo que la energía de la radiofrecuencia se libere en el interior de la vena.

Cirugía clásica

Extirpación de las venas afectadas. Es efectiva en el sentido de que la variz la quita, pero conlleva quirófano, anestesia, heridas quirúrgicas importantes y posoperatorio más complejo.

 

ESTUDIO DETECT-IVC SOBRE LA PREVALENCIA DE LA IVC

– En España, el 67,6% de la población presenta algún estadío de IVC (una persona de cada tres tiene varices en diferentes grados y gravedades).

– En el 49,4% de las mujeres entrevistadas presentaron más de dos factores de riesgo: embarazo 67%, vida sedentaria 50,4% y antecedentes familiares 44,5%.

– En los hombres, los más frecuentes son vida sedentaria 33,8%, sobrepeso 29,2% y antecedentes familiares 28,5%.

– La pesadez de piernas (48,3%), las arañas vasculares (44,6%) y los calambres nocturnos (33,5%) son los síntomas más frecuentes.

About the author

Expertos