9 mitos sobre la pérdida de peso

Perder peso no es una tarea sencilla, y los mitos sobre cómo hacerlo son inagotables. Para acabar con tanta confusión, la Dra. Rosso destierra 9 conceptos erróneos y comunes sobre la dieta y la pérdida de peso.

Mito 1: Es imposible perder peso

Es difícil, desde luego, solo tienes que preguntar a cualquiera que lo haya intentado, pero no imposible. La clave está en ponerse en manos de un equipo médico solvente que realice un completo plan de asesoramiento nutricional que va mucho más allá de la prescripción de una simple dieta. Un concepto integral como el del Centro Médico Lajo Plaza que abarca desde los hábitos del paciente hasta el análisis de sus datos antropométricos.

Mito 2: Para perder peso sólo hace falta comer menos y hacer más ejercicio

Aunque es cierto que cambiando los hábitos alimenticios y aumentando el ejercicio se adelgaza, no es tan sencillo. Hay otros factores como la genética, el medio ambiente, el estado emocional, el estrés o la reacción de cada organismo a determinados alimentos, que también influyen. Muchas investigaciones apuntan a que la creencia común de que “contar las calorías” es suficiente para adelgazar es falsa. Se debe prestar una atención global a la composición de la dieta de una persona y analizar cómo las calorías afectan a las hormonas y al metabolismo.

Mito 3: Todas las calorías son iguales

Sí y no. Quien quiera perder peso debe prestar atención a las calorías, pero de dónde vienen también es importante. Por ejemplo, beber un refresco cero calorías no es mejor que un puñado de almendras aunque éstas sí tengan calorías. Aprender lo que se esconde detrás de lo que comemos, manteniendo por ejemplo un diario de alimentos, es una manera muy útil de tener una visión real de nuestra alimentación. Comprender de donde vienen las calorías, grasas, azúcares, hidratos de carbono…, puede ayudar a identificar lo que hay que cambiar.

Mito 4: Es necesaria una pérdida significativa de peso para notar cambios en la salud

Numerosas investigaciones demuestran que con sólo un 10% de pérdida de peso, las personas experimentarán cambios notables en su presión arterial y en el nivel de azúcar en la sangre, reduciéndose el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular o diabetes tipo 2.

Mito 5: Solo hay una dieta que funciona

Hay tantos planes de adelgazamiento como personas. En el Centro Médico Lajo Plaza a través de una completa historia clínica, dietética y antropométrica, se hace un diagnóstico del estado nutricional y de salud general del paciente teniendo en cuenta su estilo de vida y su situación puntual. Es entonces cuando de manera conjunta se proponen objetivos realistas para la reeducación de los hábitos incorrectos y/o el fortalecimiento de aquellos aspectos que puedan apoyar la consecución de la meta.

Mito 6: Quien tiene sobrepeso es porque come demasiado

Esa no es la única razón, los expertos en obesidad sostienen que los factores que han contribuido a que la obesidad sea una epidemia son múltiples. El aumento del consumo de alimentos y bebidas procesados altos en calorías, el sedentarismo, y algunos investigadores lo vinculan también a la exposición a productos químicos como el bisfenol que se encuentran en artículos cotidianos como recipientes de comida enlatada.

Mito 7: Tienes que renunciar al alcohol para bajar de peso

Es cierto que el alcohol tiene muchas calorías y en cualquier dieta se restringe su consumo. Sin embargo diversos estudios demuestran que si bien su abuso está relacionado con el aumento de peso, si éste es moderado –una cerveza al día o una copa de vino-, no existe tal relación. La moderación es la clave aunque siempre hay que tener en cuenta que no todas las personas reaccionan de la misma manera a los mismos alimentos.

Mito 8: Se necesita mucha fuerza de voluntad para no recuperar el peso perdido

El éxito o el fracaso en la pérdida de peso no es un reflejo de las reservas de fuerza de voluntad que tiene cada uno. Hay muchos factores -genéticos, ambientales y de otro tipo- que juegan un papel importante y que hacen que para unas personas sea más difícil que para otras mantener el peso conseguido. Según un estudio del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, cuando una persona pierde una cantidad importante de peso, su apetito aumenta proporcionalmente provocando que se consuman unas 100 calorías más por cada kilo perdido. Aunque eso no significa que sea imposible mantener el peso a largo plazo, luchar por hacerlo no es en modo alguno un reflejo de la fuerza de voluntad, la motivación o la ética del trabajo.

Mito 9: Necesitas una pulsera de actividad para progresar en tu pérdida de peso

La última tecnología motivadora no quema grasa y aunque son accesorios muy populares, hasta ahora la investigación sugiere que no son especialmente útiles para perder peso. Según un estudio realizado en 2016 con 470 personas que realizaron un plan de adelgazamiento durante 2 años, quienes utilizaron pulseras de actividad perdieron, de media, 3,5 kilos, mientras que los que no las utilizaron, perdieron un promedio de casi 6 kilos.

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