El cuidado de las manos en invierno
Baja el termómetro y las manos, vulnerables al frío y cambios bruscos de temperatura, se deshidratan y su piel se vuelve áspera y seca. Las uñas también sufren, tornándose débiles y quebradizas. Nuestro deber es recuperar su belleza conjunta.
Por Mayte Martínez
Las manos son una de las zonas más sensibles al daño producido por los cambios climáticos, productos químicos y numerosas actividades diarias. Esta exposición continua a múltiples agresiones delatan el paso del tiempo antes de lo normal. A partir de los 40 años son evidentes los primeros signos de envejecimiento cutáneo en el dorso; surgen las primeras arrugas, la piel pierde elasticidad, se hace más fina y delgada dejando a la vista venas y tendones. Precisan tratamientos que les devuelva una apariencia joven y tersa.
Flash de belleza para unas manos de fiesta
Cuando el problema todavía no es muy evidente, prueba con complejos de revitalización, cócteles de vitaminas específicamente diseñadas para esta zona, que consiguen efectos muy significativos y apreciables.
– Peeling. Una exfoliación manual hará que la piel de las manos se despoje de cualquier rastro de células muertas y quede lista para recibir y aprovechar mejor los principios activos que se aplicarán después.
– Vitaminas y ácido hialurónico. Un cóctel personalizado de antioxidantes y agentes hidratantes naturales, dependiendo del estado de las manos de cada cliente.
– Masaje equilibrante. Para repartir bien el producto y lograr la penetración de las sustancias.
– Mascarilla calmante e hidratante. Devolverá la suavidad a la piel de las manos al instante.
Manicura antienvejecimiento
Ofrece un plus en cada manicura; recuerda que es un gesto habitual que muchas clientas se hacen en casa cada semana. Si van a tu salón es porque esperan recibir algo más.
– Limpia sus manos y elimina el esmalte si lo hay. Para evitar el debilitamiento de las capas de queratina, emplea quitaesmaltes sin acetona, salvo que estés ante una manicura semipermanente.
– Sumerge sus manos en un baño tibio a base de leche de coco, frutas cítricas o aceites.
– Tras unos minutos, realiza una exfoliación a base de sales y aceites botánicos o caña de azúcar que suaviza y nutre la piel, elimina células muertas y facilita la penetración de los activos.
– Seca cuidadosamente y retira las cutículas. Usa un producto ablandador, facilita la tarea, elimina el riesgo de padrastros y mantiene las cutículas sanas e hidratadas, imprescindible durante una temporada en la que la sequedad hace acto de presencia. No confundir la cutícula con el eponiquio (parte viva que protege la matriz, donde nace la uña), ya que si tocamos esta zona dañaríamos la uña en su nacimiento. Si es preciso cortar la cutícula, deja al menos un hilo, ya que si la retiras entera pueden aparecer infecciones.
– No es necesario cortar las uñas. Ajusta la medida a los deseos de la clienta con la lima. Para mantener a raya la descamación son mejores las de cristal o cartón, estas últimas dales un solo uso, tras la manicura regálasela a la clienta.
– Aplica una mascarilla de tratamiento intensivo con una alta concentración de activos botánicos. Envuelve las manos en film plástico, para provocar calor y ayudar a una penetración intensa. Si lo prefieres, existen mascarillas directamente en formato guante, con una capa interior impregnada en la fórmula cosmética y una exterior que favorece un efecto sauna.
– Finaliza masajeando hasta el codo con un bálsamo rico en vitaminas y minerales para relajar y aliviar los músculos del antebrazo a la vez que tonifica e hidrata la piel.
Para las uñas, la mejor opción es emplear tratamientos fortalecedores que incluyan vitaminas y extractos naturales para nutrir hasta las capas interiores y esmaltes formulados sin componentes nocivos.
– Para las uñas, la mejor opción es emplear tratamientos fortalecedores que incluyan vitaminas y extractos naturales para nutrir hasta las capas interiores. Gracias a la innovación en este terreno, hoy en día existen bases creadas para solucionar cada problema: fortalecedoras, alargadoras, niveladoras o densificadoras, que reparan a la vez que embellecen. Para maquillarlas, utiliza esmaltes formulados sin componentes nocivos.
– Secado rápido. Ten siempre a mano un producto de secado rápido para aplicar al final, después de las dos capas de color, ayuda a fijar el esmalte y aumenta su durabilidad y brillo.
Otras técnicas de rejuvenecimiento
Los tratamientos encaminados a rejuvenecer las manos se centran en la eliminación de manchas, lentigos o queratosis con ayuda de peelings químicos, sistemas láser o fuentes de luz. La luz pulsada aporta a la piel una coloración uniforme,
atenuando las manchas que en algunos casos desaparecen por completo. Además se mejora la textura y la calidad de la piel, quedando más lisa e hidratada. No deja cicatrices ni marcas. También se usan rellenos para eliminar arrugas y pliegues en el dorso, y escleroterapia líquida o en microespuma para acabar con el aumento de los relieves de venas.
Más volumen: con el paso del tiempo las manos aparecen huesudas. Es posible recuperar el grosor perdido con productos como grasa, ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica, factores de crecimiento… Se depositan bajo la piel mediante microinyecciones. Los resultados son inmediatos, rellenando el dorso de las manos, que aparecen con una piel cuidada y una superficie uniforme. A largo plazo se estimula la producción de colágeno, prolongando los efectos rejuvenecedores. Uñas, algo más que un accesorio de belleza: cuando hablamos de envejecimiento y de cuidado de las manos las uñas son las grandes olvidadas. Es importante saber que no sólo realizan una función estética sino también de protección. Protegen la punta del dedo y refuerzan su sensibilidad. Las uñas constituyen un tipo de piel modificado por queratina, una especie de proteína fibrosa muy resistente; son partes vivas de nuestro organismo. Es indispensable que estén sanas para propiciar su correcto funcionamiento y crecimiento.
Equilibrio en los cuidados
Las uñas se originan en la matriz, la parte viva, donde las nuevas células se van reproduciendo. Es muy sensible y se daña fácilmente. A ella deben ir dirigidos todos nuestros tratamientos. Como el resto de la piel, las uñas sufren las agresiones del medio exterior y requieren un cuidado adecuado para que no se agrieten, rompan o aparezcan estrías. Además de queratina, las uñas están formadas por una concentración de agua, sustancias grasas y sales minerales (azufre, selenio, calcio, potasio). El equilibrio perfecto de estos componentes asegura su elasticidad, flexibilidad y resistencia.
Para su crecimiento y buen estado es esencial aportar nutrientes que podemos encontrar, aparte de en alimentos, en los diversos productos cosméticos que los contienen. Especial importancia tiene el hierro, que aporta oxígeno a las células, fortaleciéndolas; el calcio, que ayuda a endurecerlas y protegerlas, así como el colágeno que retiene la humedad, aumenta la hidratación y captura eficazmente los temidos radicales libres que secan las uñas. La queratina mejora la fuerza y elasticidad, la proteína de trigo las acondiciona y colabora en su reparación, y el sílice orgánico estimula el crecimiento y proporciona resistencia y capacidad de recuperación. Recurre a la cosmética enriquecida que incluyen algunas de las grandes marcas del sector. Los geles de calcio, por ejemplo, fortalecen las uñas, alisan su superficie y evita rotura y grietas. “Lo que hace es formar una capa sobre la uña, la protege haciéndola más fuerte, ayudando a que crezca saludablemente” – comenta Andrés Martín, Brand Manager de Orly.
Cómo tratar una uña estriada
Si las estrías no son muy numerosas y profundas, a veces basta para disimularlas aplicar una base antiestrías antes del color. Si tienen algo de relieve, pule la superficie para alisarlas. Si son profundas, lima un poco, siempre en seco y con suavidad. Después aplica una base endurecedora para compensar la agresión. El esmaltado de fantasía ayuda a borrarlas visualmente, centrando la atención en el diseño.
La otra opción es aplicar una capa de protección fina y flexible para perfeccionar, alisar y dar forma a la superficie de la uña. Se seca con lámpara UV y es fácil de poner y quitar sin tener que limar. Es ideal para uñas estriadas, débiles, finas y con tendencia a roturas y, además, alarga la duración del color que pongas sobre ellas, al estar sobre una superficie lisa. También podemos dejar la uña sin pintar, si así lo desea la clienta, aportando un aspecto cuidado totalmente natural y sano, de uña rejuvenecida.
Blanquear las uñas
Mala alimentación, nicotina, productos químicos, hongos… Es habitual encontrar clientas con las uñas pigmentadas, teniendo que llevarlas siempre con capas de color para disimularlo. La solución, aplicar un concentrado de peróxido y ácido cítrico capaz de penetrar en los poros de la uña para romper los compuestos responsables del tono amarillento y las manchas. Se sumerge las uñas en un baño caliente aderezado con un producto efervescente a base de peróxido y ácido cítrico que reduce el tono amarillo mediante un proceso de oxidación que penetra en las estructuras internas de la uña sin dañarla. Cuando el compuesto ha actuado, se limpian una por una con una toalla húmeda y templada. A continuación, realiza una exfoliación intensiva de cada uña con un producto elaborado a base de ácido cítrico y glicerina que reduce las manchas, hidrata en profundidad y abrillanta la uña. Una vez terminado este paso, envuelve las manos en una toalla húmeda durante 3 minutos. Después pulveriza cada uña con un limpiador a base de ácido cítrico y glicerina que clarifica y elimina residuos aceitosos.
Colores de temporada
Marrones, amarillos, naranjas, ciruela, verde musgo… Este invierno seguimos la estética de los años 70, que ha inspirado a muchas casas de moda
para esta temporada. La tendencia seventies ha inundado la pasarela e inspirado fuera de ella. Cuero, ante, pana, fieltro, lana, macramé. Con un acabado mate imitamos el efecto de estas texturas. Todo vale, desde los apetecibles chocolates a los rojos más encendidos, sin olvidarse de los blancos nucleares que tan de moda estuvieron el pasado verano y han decidido instalarse también en época de frío.
¿Tienes clientas celíacas?
Cada vez hay más gente con intolerancia al gluten, con la mala costumbre, además, de morderse las uñas. La buena noticia es que la firma norteamericana Orly, cuenta con lacas libres de esta proteína, lo cuál los hace muy interesantes en estos casos de onicofagia. “Obviamente no todas las mujeres con celiaquía o intolerancia presentan algún problema en caso de morderse las uñas y no usar esmaltes libres de gluten, pero mejor prevenir y no tentar a la suerte, hay muchas chicas que padecen alergias repentinas y puede ser debido a esto, ya que no olvidemos que hay quiénes usan trazas, almidones o aceites de germen de trigo”, comenta Andrés Martín.
Momento desmaquillado
Recurre a quitaesmaltes sin acetona. Estos disolventes vuelven la pintura a su textura líquida original formando una disolución que puede ser fácilmente eliminada. Si el producto además lleva un extra añadido, proteínas lácteas o agentes hidratantes para evitar que la uña se reseque en exceso, la clienta lo agradecerá. Empapa un disco de algodón y pósalo sobre la superficie de la uña con fuerza unos segundos antes de arrastrar. Repite la operación hasta que la uña quede totaltamente limpia.
La acetona es un potente disolvente orgánico, capaz incluso de acabar con algunos tipos de plásticos, por ello es el elemento más utilizado en la producción de quitaesmaltes, pero puede irritar y resecar la piel y las uñas, así que no es recomendable utilizar este tipo de productos salvo en manicuras denominadas semipermanentes o de larga duración. Como es un tratamiento que dura hasta 3 semanas, la agresión es menor; aun así, no olvides después hidratar bien la superficie.
DEDOS Y MANERAS
Limar correctamente las uñas es algo esencial para que crezcan sanas y evitar que se rompan. Comienza por el lado más rugoso de la lima para suavizar y dar forma; después, con la cara más fina, redondea los bordes. Lima en una única dirección para evitar levantar las escamas de la superficie y debilitar el borde de la uña abriéndolo. El recorrido ha de ser siempre desde los lados hacia el centro, salvo que tengas que rebajar mucho el largo, con movimientos suaves, y con la lima semiacostada, sin demasiada fuerza: ir, levantar, regresar en el aire y volver a empezar hasta conseguir el efecto deseado.
– Dedos cortos, uñas ovaladas. Las uñas ligeramente almendradas alargan visualmente las manos. Lima y redondea las esquinas para darles forma de media luna. Es importante que el largo no sea excesivo o las uñas quedarían descompensadas respecto a los dedos.
– Dedos gruesos, uñas redondas. Ligeramente largas y almendradas, siguiendo la forma natural del dedo, consigue adelgazar ópticamente las manos.
– Mano fina, uñas cuadradas. Una forma recta, sin sobrepasar apenas un milímetro la yema de los dedos, potencia y favorece el aspecto estilizado y fino de la mano.