Los grandes sufridores del verano
Problemas para salir ‘por pies’ este verano
El verano, esa época del año en la que unos de los mayores sufridores son los pies. La razón se debe a que durante el periodo estival los pies están descubiertos y, por tanto, mucho más expuestos a agresiones externas, como dolores de tobillo, arco y empeine del pie, rozaduras, ampollas, sequedad excesiva y uñas rotas por el contacto diario con el agua del mar, el cloro de las piscinas y la arena de la playa
PROBLEMAS Y SOLUCIONES EN THE MADROOM
The Madroom (c/ Villalar,1), además de haberse convertido en un salón de belleza de reconocido prestigio por el cuidado del cabello, es un centro que va a la cabeza en lo que a tratamientos corporales, manicura y pedicura se refiere. Su equipo de profesionales expertos en el cuidado tanto de las uñas como de la piel de los pies, podrán solucionar cualquier problema que afecte a la apariencia y, en algunos casos, a la salud del pie.
Ampollas y rozaduras: por la fricción del calzado y el recalentamiento del pie.
Solución: el calzado puede ser abierto o cerrado, pero siempre debe ser ajustado, flexible y que facilite la transpiración del pie. En paseos largos o excursiones, lo mejor es utilizar calcetines de algodón que puedan absorber la humedad del sudor.
Talones agrietados: suele ocurrir al caminar descalzos, especialmente cuando el suelo está muy caliente. La piel adquiere una apariencia blanquecina y las células muertas se acumulan formando durezas (hiperqueratosis) sobre todo en los talones.
Solución: limar los talones frecuentemente y utilizar cremas hidratantes o vaselina natural.
Uñas encarnadas: cortar mal las uñas, el uso de tacones, zapatos con la horma muy cerrada o zapatillas estrechas pueden provocar un crecimiento anormal de la uña que muchas veces se clava en la piel produciendo heridas, inflamación y en algunos casos infecciones graves en los dedos.
Solución: recortar de forma recta las uñas de los pies así como eliminar las pieles muertas y durezas que rodean la uña
Uñas quebradizas o rotas: cuando caminamos descalzos por la arena el roce continuado provoca que la uña se reseque y comience a resquebrajarse. Por otro lado bañarse con frecuencia en la piscina o el mar o pasar periodos largos de tiempo en el agua, reblandecen las uñas haciendo que se partan con más facilidad.
Solución: utilizar endurecedores de uña que ayuden a que la queratina dañada se regenere.
Sudoración excesiva: Provocada por el uso de calzados cerrados como las zapatillas de tela que no permiten que el pie transpire.
Solución: utilizar calcetines de algodón siempre que vayamos a ponernos calzados cerrados. Aumentar la frecuencia del lavado de nuestros pies y utilizar productos antifúngicos para eliminar la proliferación de hongos que provocan mal olor.