Cinco datos sobre el cáncer de piel que debes conocer
- El cáncer de piel es el tumor maligno más frecuente en el ser humano. De los tipos cáncer de piel existentes el más temido es el melanoma: aunque solo aparece en el 1% de los casos de cáncer de piel, causa la muerte entre el 75-80% de los casos, según indica la OMS.
- La incidencia del cáncer de piel se está incrementando de manera relevante en las últimas décadas, principalmente por la reducción capa de ozono y por el aumento de exposición inadecuada al sol, derivada del estilo de vida actual (vacaciones, deporte al aire libre…)
- Las personas que hayan desarrollado un cáncer de piel presentan más probabilidades de tener un segundo cáncer cutáneo, por tanto, deben extremar las precauciones a la hora de exponerse al sol.
- Existe relación genética entre el melanoma con otros canceres: por ejemplo, personas con cáncer de páncreas o neurológico en su familia presentan mayor incidencia.
- En el melanoma, lo más importante es la prevención y el diagnóstico precoz. El Dr. Álvarez recomienda revisión anual a todos los pacientes. Y cada 6 meses y con técnicas especiales, como puede ser la dermatoscopia digital, a aquellos con más de 50 lunares (nevus) y/o antecedentes personales o familiares de cáncer cutáneo.
Recordatorio: Cómo prevenirse de los efectos nocivos del sol
- Aplicar el protector solar antes de la exposición al sol y renueve frecuentemente su aplicación, sobre todo después de cada baño.
- Exponerse progresivamente al sol y evitar hacerlo entre las 12h y las 16h.
- Evitar las sesiones bronceadoras con lámparas de rayos uva, ya que contribuyen a la aparición de cánceres cutáneos y aceleran el envejecimiento de la piel.
- No exponer a insolación directa a los menores de 3 años. En las horas de débil insolación se les debe proteger con un fotoprotector de alta protección. La piel conserva la memoria de todas las radiaciones recibidas durante la infancia, cuando más importante ha sido la dosis de radiación recibida, mayor es el riesgo de aparición de cánceres en la edad adulta.
- Aplicar fotoprotector cuando se realicen actividades al aire libre.
- Aplicar fotoprotector cuando se encuentre en superficies reflectoras (nieve, arena, hierba, agua) y no descuidarse, aunque haya nubosidad o viento fresco…
- Protegerse con gorra y gafas de sol con cristales homologados para filtrar rayos UVA y UVB. A los niños, además, ponerles una camiseta seca y opaca, pues las camisetas mojadas dejan pasar los rayos UV.
- Secarse bien después de cada baño. El «efecto lupa» de las gotas de agua favorece las quemaduras solares y disminuye la eficacia de los protectores solares, aunque sean resistentes al agua.
- Beber agua en abundancia y frecuentemente, pues el sol deshidrata nuestro organismo. Vigilar especialmente a las personas mayores y a los niños.
- Acudir al dermatólogo si se advierte que una peca o lunar cambia de forma, tamaño o color.